El Gobierno de Castilla-La Mancha apoya el rodaje de ‘Que nadie duerma’

La producción, bajo la dirección de Antonio Méndez Esparza, está protagonizada por Malena Alterio y Aitana Sánchez-Gijón, y ha tenido como localizaciones espacios emblemáticos como el Palacio de Congresos ‘El Greco’, el parking del Miradero, el Taller del Moro y el restaurante La Ermitaña.

Toledo, 15 de marzo de 2022.- El Gobierno de Castilla-La Mancha está apoyando el rodaje del largometraje ‘Que nadie duerma’, que se ha desarrollado estos días en diferentes emplazamientos de la ciudad de Toledo.

El filme es una de las tres producciones ganadoras del primer concurso de largometrajes y series de Castilla-La Mancha impulsado por el Gobierno regional a través de Castilla-La Mancha Film Commission, por lo que, además de contar con el asesoramiento del organismo dependiente de la Consejería de Economía, Empresas y Empleo en la gestión y tramitación de permisos y en la búsqueda de localizaciones, cuenta con un premio en forma de patrocinio de 100.000 euros por parte del Ejecutivo autonómico.
 
El rodaje ha hecho escala estos días en diferentes emplazamientos de la ciudad de Toledo como el Palacio de Congresos ‘El Greco’, el parking del Miradero, el Taller del Moro y el restaurante La Ermitaña, que serán escenario de parte de la película, que está dirigida por Antonio Méndez Esparza para la adaptación de la novela homónima de Juan José Millás, en una película producida por Aquí y Allí Films, Wanda Vision y Que Nadie Duerma AIE. El filme está protagonizado por Malena Alterio y Aitana Sánchez-Gijón.
 
‘Que nadie duerma’ cuenta la historia de Lucía, que, tras perder su empleo como programadora informática, decide tomar las riendas de su vida y comprarse un taxi.

Imaginativa y romántica, empieza a circular buscando a su nuevo amor platónico, un actor de teatro aficionado a la ópera con el que compartió unos breves momentos mágicos.

Mientras escucha como banda sonora Turandot de Puccini, se imagina que es la mismísima princesa China que protagoniza la ópera y que circula por las calles de Pekín, y no de una ciudad dura, tocada por la crisis, de la que Lucía se defiende a golpe de humor y fantasía, tratando de hacer la existencia de sus clientes más llevadera con sus increíbles historias durante los breves trayectos donde comparten intimidad y confidencias.

Mientras espera a encontrarse al actor, Lucía comparte la historia de su vida y de su destino con sus pasajeros sin sospechar que se va a convertir ella misma en la protagonista de una obra basada en su propia vida.